miércoles, 26 de noviembre de 2014

Perú: La Oroya

Este pueblo minero situado en los Andes peruanos debe sus denigrantes niveles de contaminación a la presencia de minas y plantas de procesamiento  de plomo que son propiedad de empresarios estadounidenses desde 1922. En La oroya, en 99% de los niños que habitan aquí, poseen niveles de toxicidad que exceden los límites calificados como saludables.

Inicialmente de propiedad del estado Peruano, la fundición La Oroya fue adquirida por la empresa Doe Run de procedencia norteamericano para seguirla operando a pesar de los problemas ambientales y de obsolescencia de la planta. 


Ubicada al noreste de Lima y cercana a la mina Cerro de Pasco, la fundición ha generado graves daños al entorno por las emisiones contaminantes que contienen dióxido de azufre pero principalmente metales pesados. Contruída hace mas de 50 años, la fundición sigue en funcionamiento a pesar que ha sido declarada contaminante y peligrosa para la salud de la población de la localidad que lleva el mismo nombre.
 
La Oroya es considera una de las 10 localidades más contaminadas del planeta y a pesar de ello sigue funcionando sin dar muestras de interés por los daños causados al entorno y la población. 

Uno de los problemas más graves dice relación con la contaminación por metales pesados, especialmente plomo cuyo nivel en la sangre de la población y particularmente los niños, supera con creces los índices peligrosos determinados por la OMS. La gravedad de la contaminación ha generado varias acciones por parte de organizaciones ambientales peruanas entre las que se destaca la formación de una mesa técnica que ayude a buscar soluciones al problema, pero principalmente que apoye la acción de la comunidad en defensa de sus derechos. 

La gravedad de la contaminación ha generado varias acciones por parte de organizaciones ambientales peruanas entre las que se destaca la formación de una mesa técnica que ayude a buscar soluciones al problema, pero principalmente que apoye la acción de la comunidad en defensa de sus derechos. 

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